rutina.
(Del fr. routine, de route, ruta).
1. f. Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.
2. f. Inform. Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente.
(Real Academia de la Lengua)
Cuando los días son básicamente iguales uno a otro. Cuando las diferencias son mínimas, cuando haces las mismas cosas día tras día, parece que desde siempre y hasta el fin de los tiempos, decimos que estamos inmersos en la rutina, que somos rutinarios.
Y yo me pregunto, ¿es bueno o malo? Veamos:
Llega un momento en nuestra existencia que dejamos de hacer locuras (o acabamos haciendo siempre las mismas locuras), sentamos la cabeza porque ya pesa demasiado, y parece que hacemos siempre lo mismo. Comer, dormir y trabajar. Y poquito más.
A eso se le llama madurar. La supervivencia de la especie se produce cuando un porcentaje relevante de los individuos cumple con su función. Y las funciones apenas han cambiado en los últimos diez mil años, sólo ha cambiado el modo de realizarlas.
En nuestra sociedad, somos autómatas que realizamos la mayoría de las funciones sin necesidad de pensar en ellas, porque ya las hicimos ayer, y las haremos mañana.
Esta clase de rutina no es mala. Al menos si nos acoplamos lo suficiente a ella. Nunca vamos a estar contentos al cien por cien, pero si a un beneficioso cincuenta, sesenta por ciento.
Si no podemos con nuestra rutina, hay que plantearse el cambiarla. No "salir de la rutina", como suele decirse, sino cambiarla por otra. Porque si cambiamos de pareja, de trabajo, de casa, estaremos cambiando nuestra rutina por otra. Y el tiempo nos dirá si el cambio ha sido bueno o no. Aunque cambiar de vez en cuando es beneficioso para nuestra salud mental.
Pocos cambian su rutina, porque les da miedo. Y el miedo es bueno, siempre que no bloquee tus músculos.
Y echaremos en falta la rutina cuando pase algo que la trastoque. Un accidente, una enfermedad, cualquier cosa que llegue de improviso y no nos guste, nos hará añorar esa bendita rutina...
Todos queremos que cambie nuestra rutina, pero tememos el cambio, y queremos que si se produce, haya sido por decisión nuestra, no por las circunstancias (aunque echarle la culpa al destino siempre viene bien, oiga usted)
2 comentarios:
Eso de la rutina a veces pesa y vuelve aburrido, pero el cambio implica por lo regular nuevos retos, y si aunamos el miedo, la comodidad y otros detalles, es muy dificil romper con ella, sin embargo creo q se vale ir poco a poco, kiza inventando cosas nuevas q nazcan de nuestras propias necesidades y gustos, sea mas fácil darle un giro de vez en cuando a nuestra amiga la rutina...
Me hizo gracia tu forma de decir que al final acabamos sentando la cabeza porque ésta nos va pesando. Nos hacemos mayores...La rutina suele acabar siendo inevitable y no tiene porque estar mal..Siempre se pueden ir introduciendo pequeños cambios en nuestras rutinas...Y siempre y cuando los cambios no vengan por estas cosas que comentas, accidentes y demás, que hacen que prefiramos volver a nuestra rutina aburrida habitual.
Un saludo!
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