lunes, 12 de enero de 2009

La suma de mis días

Cuando nacemos, somos un libro en blanco. La vida será la pluma que llenará nuestras páginas con nuestra historia, la historia de nuestra vida.

Yo soy la suma de mis días. Mi vida pasada, mis experiencias y lo que he aprendido de ellas marcan mi personalidad y mi visión de las cosas. Y por eso somos únicos: porque aunque muchos de tus días puedan ser similares o iguales a los míos, otros muchos son completamente distintos. Vida distinta, personas distintas. Así de simple.

Ese proceso se llama crecer, desarrollarse. Madurar. Forjar el alma. Es un proceso que ha de durar toda la vida, porque jamás tenemos que dejar de desarrollarnos. Llegar a la “madurez”, o sea, superar la adolescencia, no es haber terminado el camino. Si así fuera, no merecería la pena seguir viviendo, y por fortuna, la vida todavía nos depara todavía muchas sorpresas.

¿Es bueno madurar? Alguna vez he hablado de Peter Pan, y cómo cada vez hay más gente que no quiere crecer. No quiere responsabilizarse, quiere extender la adolescencia hasta la vejez. Pero no crecer es no aprender de la vida, es no desarrollarse como persona, y, en definitiva, quedarse estancado. Yo era uno de esos, hasta que descubrí que me equivocaba, que lo que necesitaba es crecer y crecer sin parar.

Sin parar, sin detenerse. Porque el día que dejes de crecer, de madurar, el día que la vida deje de alimentar tu alma, el día que tus días dejen de darte lecciones, empezarás a pudrirte.

Y no hay que olvidar que se puede crecer sin perder esa parte infantil que todos tenemos. Esconderla es escondernos a nosotros mismos, cubrirnos con una máscara, esa máscara que a veces parece tan necesaria, y que no nos protege: nos aisla.

Y también se puede madurar sin traicionar tus ideas. Es absurdo tener una ideología inamovible, nuestras ideas crecen y maduran con nosotros. Se adaptan a nuestra vida, y con esos cambios, pueden seguir siendo válidas, siempre que seamos sinceros con nosotros mismos.

3 comentarios:

Brujita dijo...

Hay que saber evolucionar, en todos los aspectos, pero no por ello perder lo que ya tenemos, ni estancarnos en ello.

Algo asi como amueblar la cabeza? jijiji

Diana entrebrochasypaletas dijo...

Resumo todo, todito el texto en la frase: "Sin parar, sin detenerse. Porque el día que dejes de crecer, de madurar, el día que la vida deje de alimentar tu alma, el día que tus días dejen de darte lecciones, empezarás a pudrirte" : )

Marta (Tuki) dijo...

Uno no deja de crecer hasta que muere. Quien se niega a nuevas ideas y nuevas razones sólo se perjudica a sí mismo por el hecho de frenar su propio desarrollo.Triste,no?

Un besazo Eingel

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