Hoy voy a hablar de los otros fantasmas: los propios. Esos que cuando creemos haberlos ahuyentado siempre vuelven. Todos tenemos al menos uno, y quien diga que no, simplemente se está escondiendo de ellos.
Sobre los fantasmas de verdad hay muchas leyendas, muchas teorías. Una de las más aceptadas es que se trata de personas que al morir dejaron algo pendiente, algo muy importante, que mientras no se arregle no permitirá su descanso eterno.
Por eso mismo a estos también los llamamos fantasmas. Son parte de nuestro pasado, de nuestra vida anterior, que por un motivo u otro se cerró en falso, se convirtió en una herida que nunca se cerró del todo. Y cada vez que nuestro fantasma aparece de nuevo, nos recuerda la herida, y entonces nos duele y nos pica. Y nos da ganas de rascar en ella... lo que produce más dolor aún.
El motivo de la herida puede ser variado, pero hay uno que produce la mayor cantidad de "no muertos mentales": el amor. Relaciones rotas, amor no correspondido, engaños... cuando alguien deja de ser el centro de nuestro universo, puede quedar un rastro en el corazón... y se convierte en un fantasma, nuestro fantasma, que nos asalta por la noche y nos hace temblar...
Y dejar atrás estos fantasmas nos cuesta, es un proceso lento, muy lento. Y cuando por fin creemos que lo hemos superado, el fantasma aparece, y con él se abre de nuevo la herida. Y a volver a empezar.
Claro que no siempre es así. Muchas veces conseguimos que el pasado sea pasado, y no estropee ni el presente ni el futuro. No siempre es así, pero al menos se intenta.
Claro que yo también tengo mis fantasmas... y espero que algún día se vayan. Pero eso será cuando yo haya crecido. Lo conseguiré
4 comentarios:
que te voy a contar yo de fantasmas que tu no sepas?
a estas alturas me temo que nada ....
y si desgraciadamente cuando crees que ya te has librado de ellos, van y los muy jodios reaparecen cuando menos te lo esperas. Amos que el don de la oportunidad no es lo suyo...
Me gustó mucho leer este post. Será porque siento el tema como propio. Este segundo tipo de fantasmas es en el que creo. Y sí, imagino que lo que los hace desaparecer es el tiempo. O reirte de ellos. Qué se yo. Si acabo descubriendo algún atajo para agilizar el proceso, te cuento. Lastima no contar para esto con los Cazafantasmas;))
Un beso.
Son jodidos estos fantasmas. Se quedan ahi, agazapados, y cuando ya crees que no te acuerdas, que no volverán más, zas! ahí están de nuevo. Hemos de practicar la habilidad de darles una soberana patada en el trasero en cuanto asomen.
Un saludo.
Mira que buen dia me he encontrado este post, a ver dime, por que?? por que ahorita?? por que hoy??, que tanto miedo me da volver la vista atrás y ver que no hay nada que haga que mis pasos deje huella, por que hoy que parece que solo doy patadas de ahogado que aun cuando se sabe en el fondo pretende, se ilusiona creyendo que puede volver a respirar, fantasmas?? no, yo no les llamararia asi, yo les llamaria ganas de joder, por que eso es lo unico que hacen, fastidian, apendejan, embrutecen y no dejan espacio a nada ni a la muy estupida razón... En fin, a ver si un buen dia de estos algo hace cambiar mi suerte, y no solo el hecho de levantarme pensando que si puedo, para que al terminar el dia me de cuenta tristemente de que no he podido con nada...
Publicar un comentario