martes, 10 de junio de 2008

Mil

Y pensar que cuando llegué a este mundo no era nadie…

Bueno, si, era un dios. Un ser inmortal. Pero eso no es especial en el lugar de donde provengo. Llevamos tanto tiempo habitando los jardines, que ya hemos olvidado cómo llegamos. O quizás no queremos recordarlo. El caso es que mi memoria me sitúa en los jardines desde más tiempo del que soy capaz de contar.

La vida era apacible. Sin luchas, sin tener que buscar comida, todo el tiempo dedicado a comer, dormir, jugar y retozar.

Pero mi carácter era apocado. Así que pocas veces jugaba, y menos aún retozaba. Así que lo que para los demás era una vida tranquila… a mí me aburría.

Por eso decidí marcharme. No hice caso de las objeciones de mis semejantes. No me importaba que fuera de los jardines la vida fuera dura, que me encontraría solo y que incluso pudiera morir (como si supiera lo que eso significa). Ni siquiera me molesté en intentar explicar mis motivos a quien jamás lo entendería.

Partí al día siguiente. Nadie vino a despedirme. O les inquietaba la idea, o simplemente me habían olvidado ya. Da igual.

Vagué por el infinito durante mucho tiempo. No podría decir cuánto, porque ahí arriba no existe el concepto de tiempo, de días, meses o siglos.

Hasta que llegué a este planeta. Vosotros todavía erais primitivos, aún pensabais que fuera del mundo no había nada, y las estrellas eran agujeros del manto oscuro que tapaba el Sol.

Uno de vosotros me encontró por casualidad, vio que no era como él, y empezó a adorarme. Yo no quería, pero no conseguí que me tratara como su igual. Podía haberme aprovechado, pero preferí usar mi poder sobre él para guiarles un poco, para ayudarles a crecer.

Ese hombre difundió mis consejos, y poco a poco vuestras tribus se convirtieron en ciudades y países. Estudiasteis el cielo y la tierra. Crecisteis como personas y como pueblo.

Han pasado mil años para vosotros. Sólo un instante para mí. Sin vosotros jamás habría sido nada, no habría empezado a vivir. Y os agradezco lo que habéis hecho, pero nuestros caminos han de separarse.

No me echaréis de menos, porque sois capaces de caminar solos.

4 comentarios:

Brujita dijo...

uf... eso de necesitar de los demas para empezar a vivir y ser alguien... como que no. Que no digi que no necesitemos a los demas... sino que.. nas paranoias mias :P

Besines embrujados

CARINA dijo...

Yo te encontre por casualidad ,vi que no eras como yo y empece a adorarte..
Me encanto..
un beso enoorme..

P/D y que se hace para no estar 38 años soñando? se deja de soñar?

CARINA

CARINA dijo...

No podes venis ,largar esto :"
y si, demasiado tiempo soñando... pero eso no es malo.. pero alguna vez me gustaría que se tornara realidad... en fin)" e irte asi sin decir mas....
ahora se buenito con mamá y contame que soñas. y que te gustaria que se te hiciera realidad!!!
dale ,si???
besos señor winer...
en tu blog o en el mio??'

CARINA dijo...

tendrias que contarme como es esa persona..a ver si conozco a alguien que cumpla tus requisitos...
un besote lindo..

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